¿Buscás un destino poco convencional, lleno de historia, playas soñadas, cultura auténtica y precios accesibles? Albania y Grecia son la combinación perfecta para un viaje inolvidable. Desde los pueblos de piedra entre montañas hasta las aguas turquesas del mar Jónico, esta ruta te propone una experiencia tan diversa como encantadora.
Diseñamos un recorrido que une lo mejor de ambos países, con hospedajes seleccionados, traslados cómodos y guías que hacen la diferencia. Pero más allá del itinerario, te contamos cómo se vive realmente esta aventura, qué lugares no podés perderte y qué tener en cuenta para disfrutarla al máximo.
Albania: joya del Mediterráneo aún por descubrir
Viajar por Albania es como retroceder en el tiempo… pero con vistas de Instagram, es como entrar a un lugar que aún no fue tomado por el turismo masivo. Un país donde la modernidad convive con vestigios otomanos, castillos, pueblos detenidos en siglos pasados y una costa de playas vírgenes que nada tiene que envidiarle a Croacia o Grecia. Donde cada pueblo tiene una historia que contar, cada paisaje sorprende, y cada rincón invita a quedarse un rato más.
Tirana: una capital colorida y caótica

Lo primero que llama la atención es su estética: fachadas pintadas, mercados animados y cafés con estilo. Aunque caótica en su tráfico, Tirana tiene alma: la plaza Skanderbeg, el Bunk’Art (un museo en un búnker nuclear que narra la historia comunista), los bares de Blloku (el barrio donde solo entraban los funcionarios del régimen) y la Sky Tower con su vista panorámica son visitas imprescindibles.
Tip viajero: Albania no usa euros, sino leks. En muchos lugares no aceptan tarjeta, así que es clave llevar efectivo.
Berat y Gjirokastër: patrimonio vivo
Ambas ciudades están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Berat, la “ciudad de las mil ventanas”, ofrece una postal perfecta entre casas blancas colgando de la colina, iglesias ortodoxas, mezquitas y un castillo que aún está habitado. Gjirokastër, en cambio, se distingue por sus techos de piedra y una fortaleza que domina todo el valle.
¿Lo mejor? La autenticidad. Todo parece real, no armado para el turismo. Es común que te reciba una abuela vendiendo dulces caseros o que compartas rakija con un dueño de restaurante.


El sur de Albania: naturaleza virgen, mar y paisajes inolvidables
Sarandë: el mar Jónico en su máxima expresión
Ubicada frente a la isla griega de Corfú, Sarandë es uno de los destinos costeros más populares de Albania. Su malecón, los cafés junto al mar y la energía del verano albanés se combinan con playas de agua turquesa y excursiones históricas cercanas. Además desde esta ciudad costera se accede a una de las joyas arqueológicas de los Balcanes: Butrint, un sitio grecorromano cubierto de vegetación, cargado de historia.
El Ojo Azul (Blue Eye): maravilla natural escondida
A pocos kilómetros de Sarandë se encuentra Blue Eye (Syri i Kaltër), un manantial de agua cristalina que brota desde las profundidades con una fuerza hipnotizante. Rodeado de naturaleza, es ideal para una caminata corta, un descanso fresco y unas fotos espectaculares. La leyenda dice que su profundidad es desconocida, y el color del agua parece sacado de otro mundo.
Vlorë y la Riviera albanesa: playas que parecen sacadas del Caribe
Vlorë marca el inicio de la Riviera albanesa, una ruta costera que atraviesa paisajes de montaña, playas escondidas y pueblos costeros encantadores como Dhërmi o Himarë. Desde Vlorë hasta Sarandë, la carretera bordea el mar con vistas que dejan sin aliento, especialmente al cruzar el paso de Llogara, entre bosques y acantilados.
Si hay algo que sorprende de Albania, son sus playas. Las del sur del país son de agua transparente, turquesa, rodeadas de montañas y con muy poca infraestructura turística. Justamente por eso, son un paraíso.
Ksamil: la postal perfecta
Ubicada frente a la isla griega de Corfú, es uno de los lugares más fotogénicos de la región. Arena blanca, islas a las que se puede llegar nadando, chiringuitos sencillos y atardeceres de película. Desde acá también se visita Butrint, un yacimiento arqueológico con ruinas griegas y romanas en medio de una reserva natural.
Dhërmi, Himarë, Jali: ruta costera con estilo
Cada una tiene su estilo. Dhërmi es más chic y tranquila, Himarë conserva un espíritu mochilero y Jali ofrece calas escondidas y bares sobre la arena. Un consejo de todos los viajeros: si podés, recorré este tramo en auto. Las vistas desde la carretera costera (especialmente el paso de Llogara) son de lo más espectacular del viaje.
Consejo de todos los viajeros: si podés, recorré este tramo en auto. Es una experiencia en sí misma. Cada curva es una postal nueva.


Extensiones opcionales: más allá de las fronteras
Ohrid (Macedonia del Norte): el tesoro balcánico
Muy cerca del norte de Albania, cruzando la frontera hacia Macedonia del Norte, se encuentra la mágica ciudad de Ohrid. A orillas del lago del mismo nombre, esta ciudad combina iglesias bizantinas, playas tranquilas, calles adoquinadas y una atmósfera espiritual. Para quienes quieran extender el viaje, es un destino ideal por su tranquilidad, valor histórico y belleza natural. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A orillas del lago más profundo de los Balcanes, esta ciudad es célebre por sus 365 iglesias ortodoxas, lo que le ha valido el nombre de la “Jerusalén de los Balcanes”. Allí se realiza una visita guiada por su casco histórico, que revela influencias griegas, romanas, bizantinas y otomanas, con paradas destacadas en la Iglesia de Santa Sofía, el Teatro Griego y la Fortaleza de Samuel. Además, se visita el Monasterio de San Naum, rodeado por una naturaleza exuberante y fuentes cristalinas.
Frontera con Montenegro: el norte salvaje
Al norte de Albania, la frontera con Montenegro ofrece paisajes completamente distintos: montañas imponentes, lagos de altura y rutas perfectas para el senderismo. Es una zona que atrae a viajeros aventureros y amantes de la naturaleza, ideal para quienes buscan un Albania menos explorada. Se puede apreciar la vista de Sveti Stefan, una pintoresca isla-fortaleza convertida en uno de los destinos más exclusivos del Adriático. Luego, la llegada a Budva permite caminar por su encantador casco antiguo amurallado, con calles adoquinadas y arquitectura veneciana. La jornada culmina con un recorrido panorámico por la bahía de Kotor, el fiordo más meridional de Europa, rodeado por montañas escarpadas que se reflejan en sus aguas calmas.


Grecia: historia viva, cultura vibrante, islas y templos
Pasar de Albania a Grecia puede hacerse en ferry desde Sarandë a Corfú. En minutos, cruzás de la Albania salvaje a la Grecia clásica, sin perder el encanto.
Corfú, Paxos y Antipaxos: el tridente jónico
Desde Sarandë, el cruce en ferry hacia la isla griega de Corfú es breve pero impactante. Con fuerte herencia veneciana, su casco histórico está lleno de elegancia y vida. Sus callejones, fortalezas, plazas y cafeterías al aire libre son ideales para caminar sin rumbo. Además, tiene playas increíbles y pueblos de montaña con vistas panorámicas. Se puede visitar el Palacio de Mon Repos, una elegante villa neoclásica del siglo XIX rodeada de jardines, lugar de nacimiento del príncipe Felipe, esposo de la Reina Isabel II. Otro lugar importante es Kanoni, uno de los puntos más fotogénicos de la isla, con su mirador al islote de Pontikonissi (la Isla del Ratón) y la iglesia de Vlacherna, situada sobre una pequeña península. Pero lo que muchos no saben es que desde ahí también se puede llegar a Paxos y Antipaxos, dos islas más pequeñas, de aguas color esmeralda y playas casi desiertas, donde se hizo la serie “El maestro y la música azúl”. se pueden explorar las Cuevas Azules, formaciones naturales únicas, solo visibles desde el mar, famosas por el brillo turquesa de sus aguas y nadar en Paradise Beach, una playa de aguas cristalinas, además de visitar el encantador pueblo de Gaios, con sus tabernas y boutiques junto al puerto.
Paseos en barco, snorkel y caminatas entre olivares completan la experiencia.
Recomendación: no te vayas sin probar la pastitsada (plato típico) y visitar Paleokastritsa, una de las zonas costeras más lindas.
Tip: Antipaxos tiene algunas de las aguas más transparentes de todo el mar Jónico. Ideal para un día de desconexión total.


Atenas: el corazón de una civilización
Todo viaje a Grecia merece detenerse en Atenas. El Partenón sobre la Acrópolis es solo el comienzo: el Museo Arqueológico Nacional, los barrios de Plaka y Monastiraki, los cafés con vista al templo de Zeus, el arte urbano en Psiri… La ciudad combina pasado glorioso y presente vibrante.
Una buena opción es hacer un tour guiado para saltarte filas y entender el contexto histórico. En nuestros viajes, incluimos entradas y visitas guiadas con expertos locales que permiten entender (y sentir) mucho más cada rincón histórico.
Consejo: incluir un guía local marca la diferencia. Comprendés mucho más del lugar y evitás filas eternas.
Delfos: misticismo y montaña
En el corazón de Grecia continental, Delfos fue el centro espiritual del mundo antiguo. Hoy, recorrer sus ruinas, el templo de Apolo, el teatro con vista a las montañas y el museo, permite conectar con esa idea de destino y oráculo que aún vibra en el aire.
Consejo: la visita es aún más impresionante si se llega temprano, cuando la neblina baja sobre el monte Parnaso.
Epidauro: teatro perfecto
Cerca de Atenas, en la región del Peloponeso, se encuentra el antiguo teatro de Epidauro, famoso por su acústica perfecta. Sentarse en sus gradas de piedra y hablar desde el centro del escenario es casi mágico. Es uno de los mejores conservados del mundo, y todavía hoy se usa para funciones durante el verano.


Consejos útiles para este viaje
- Efectivo: en Albania todo se paga en leks, casi siempre en efectivo. En Grecia, tarjeta sin problemas.
- Idioma: en ambos países se habla poco inglés, pero los viajeros destacan la amabilidad de la gente. Aprender a decir “faleminderit” (gracias en albanés) suma.
- Comida: en Albania es fresca, casera y barata. Probalos byrek, tave kosi, y pescados del día. En Grecia, los clásicos: gyros, moussaka, dolmades, más dulces con miel.
- Temporada: los mejores meses para ir son mayo, junio y septiembre, cuando hace calor pero sin la masividad del verano europeo.
¿Por qué hacer este viaje con Compañía del Sur?
Porque no solo armamos un itinerario: creamos experiencias. Viajás acompañado, con todo resuelto, en grupo, con coordinadores que conocen el destino, y combinando experiencias locales con comodidad. No solo visitás lugares, los vivís.
Si querés explorar dos países increíbles, entre cultura, mar y descubrimiento, este viaje es para vos. Consultá nuestras salidas y sumate a la aventura por Albania y Grecia.
